jueves, 17 de septiembre de 2009

PEDAGOGÍA DE LA PASTORAL PENITENCIARIA

COMPASIÓN
Jesús, en primer lugar, tiene compasión… nosotros que vamos a la cárcel no es por lástima, sino para compartir la pasión dolorosa del hermano privado de libertad. Luego, cuando el interno siente que de verdad no vinimos por lástima ni por curiosidad se abre una segunda dimensión:

CONSOLACIÓN Y CONVERSIÓN
Nosotros damos consuelo. Así como vemos que en el evangelio el ciego sigue a Jesús, tenemos que ayudar a guiar a este hermano al camino de Jesús, que es el único que le va a hacer ver y que le va a permitir entender, a pesar de su dolor e indignación. Ahí se da el tercer momento, el de la conversión. La conversión es el descubrimiento de que es amado de Dios. Lo demás viene sólo una vez que pasa esto.
LOS DE AFUERA
Nuestra evangelización tiene que extenderse también hacia los corazones de los que están afuera también, para que entiendan nuestro trabajo. Ellos necesitan consolación para poder recibir al convertido que viene del mundo carcelario.
LA ALEGRÍA
Esta debe ser la pastoral más alegre de todas, porque cuando uno se acerca más al dolor, nuestro corazón es más consolado por Dios… porque nos hemos encontrado entre nosotros, con el otro y hasta nos encontramos con nosotros mismos. Y esto es digno de alegría y hay que contagiarla. Creemos que las cosas pueden cambiar.
Conceptos expresados por el Padre Gabriel en el Decimocuarto Encuentro Nacional de Pastoral Penitenciaria.

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