lunes, 27 de diciembre de 2010
jueves, 16 de diciembre de 2010
Cárcel de San Miguel: el impacto de la tragedia y la acción de los agentes pastorales
Un fuerte impacto provocó en los agentes pastorales que trabajan en la Pastoral Penitenciaria de la Iglesia en Santiago, la tragedia ocurrida en el penal de San Miguel. El hecho caló profundamente en sacerdotes, catequistas y voluntarios que a diario visitan las cárceles de la capital llevando la Palabra del Evangelio.
Apenas se supo de la tragedia provocada por el incendio en la madrugada del 8 de diciembre pasado, numerosos agentes pastorales, consagrados y laicos, se hicieron presentes en el lugar para mitigar en parte el dolor de los familiares de los 81 internos que perecieron. Es así como llegaron el Padre Gerardo Ouisse, párroco de la parroquia San Cayetano de la Legua; el Vicario de la Zona Sur, Padre Miguel Hobban, y el Padre Alfonso Baeza, entre otros.
Apenas se supo de la tragedia provocada por el incendio en la madrugada del 8 de diciembre pasado, numerosos agentes pastorales, consagrados y laicos, se hicieron presentes en el lugar para mitigar en parte el dolor de los familiares de los 81 internos que perecieron. Es así como llegaron el Padre Gerardo Ouisse, párroco de la parroquia San Cayetano de la Legua; el Vicario de la Zona Sur, Padre Miguel Hobban, y el Padre Alfonso Baeza, entre otros.
Un incendio en la prisión de San Miguel, en Santiago de Chile, provocó la muerte de 81 presos
Sociedad - pagina 12
Jueves, 9 de diciembre de 2010
En Chile, el infierno de los pobres ahora se llama cárcel
Una pelea entre internos desató un incendio en el penal de San Miguel. Murieron 81 carbonizados o asfixiados. Los guardiacárceles no reaccionaron. Los bomberos fueron alertados por los presos.
Jueves, 9 de diciembre de 2010
En Chile, el infierno de los pobres ahora se llama cárcel
Una pelea entre internos desató un incendio en el penal de San Miguel. Murieron 81 carbonizados o asfixiados. Los guardiacárceles no reaccionaron. Los bomberos fueron alertados por los presos.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
El Adviento, la venida, el advenimiento
La palabra “adviento” deriva del verbo “venir” y en el lenguaje cristiano primitivo significaba la última venida del Señor, su vuelta gloriosa y definitiva.
Luego comenzó a significar la venida del Señor en la humildad de nuestra carne. De este modo la venida del Señor en Belén y su última venida se contemplan dentro de una visión unitaria, no como dos venidas distintas, sino como una sola y única venida; y un tiempo de preparación que precede a las fiestas de navidad y epifanía.
XVII Congreso Latinoamericano y Caribeño de Caritas y IV Encuentro Continental de Pastoral Social – Caritas | Octubre de 2010
“Los nuevos crucificados de la historia”. Millones de hombres y mujeres, ancianos, adultos, jóvenes y niños que, en nuestro continente, sufren “en carne viva la pobreza, la marginación y la exclusión”. Por ellos, por su derecho a una vida digna y plena, nos reunimos junto a hermanos y hermanas de la Región América Latina y el Caribe para realizar el XVII Congreso Latinoamericano y Caribeño de Pastoral Social-Caritas.
"Suizos en el mundo". Compartimos esta nota que le realizaron al P. Gabriel, en julio de
“Hacer del cementerio una maternidad”
Gabriel Carrón llegó a la Argentina hace 38 años y desde entonces no ha interrumpido su trabajo al servicio de ‘los más pobres’ y de las personas ‘privadas de su libertad’.
Actualmente, y luego de décadas de liderar y brindar atención espiritual en dos pastorales, el presbítero suizo continúa con su obra en la provincia de Santa Fe.
Desde la capital santafesina, mediante la ‘Fundación Casa San Dimas’ y con el apoyo de jóvenes voluntarios helvéticos y argentinos, el padre Gabriel Carrón organiza su cruzada para misionar en 6 cárceles (2 de hombres, 2 de mujeres y 2 de menores), 10 comisarías y varios barrios periféricos donde brinda apoyo a niños carenciados.
‘El abrazo’ solidario de jóvenes valesanos
swissinfo.ch se reunió con el padre Gabriel Carrón y visitó la sede de la Fundación que guía el sacerdote, donde pudo conocer parte del equipo que colabora con él.
En un antiguo edificio –grande pero bastante austero y deteriorado- funciona ‘San Dimas’, la entidad que trabaja mano a mano con la Pastoral Penitenciaria y la Pastoral de Infancia en Riesgo.
Desde este espacio, el párroco diseña los pasos a seguir en la invisible pero monumental obra que viene construyendo desde hace casi cuatro décadas.
Allí también se hospedaban Chloe, Gaitán y Sandrine -de 25, 23 y 21 años, respectivamente- tres valesanos que llegaron a Santa Fe gracias a la gestión de ‘El abrazo’, una asociación creada en 2007 en Suiza para apoyar a los jóvenes que, atraídos por la obra de Carrón, quieren vivir la experiencia de hacer un voluntariado en Argentina.
Presos y pobres, los “expulsados sociales”
Mientras la Pastoral Penitenciaria brinda atención espiritual y acompaña a quienes están privados de su libertad, la de la Infancia trabaja con los chicos que viven en situación de riesgo en los barrios de la periferia.
Dos mundos que descubren las caras de una exclusión social creciente y de quienes son ahora “expulsados sociales”, como asegura el sacerdote.
Porque alrededor de los privados de su libertad y en torno a los niños y jóvenes más pobres, se teje una espesa telaraña de injusticias y maltratos que pocos advierten debido a prejuicios y a una deshumanización que se está volviendo constante.
“Cada vez más los presos y los pobres están peor. Antes decíamos que eran marginados, luego que eran excluidos, y ahora decimos que son expulsados de nuestro sistema social y económico”, asegura el padre, y sentencia:
“Nunca vamos a encontrar en la cárcel a alguien que tenga plata. Nunca. Los ponen en lugares ‘VIP’ donde se quedan poco tiempo y tienen la oportunidad de zafar las condenas por la plata que tienen. Los pobres saben que si salen no tienen nunca oportunidad de poder integrar esta sociedad”
Acompañar, pero también denunciar
Desde la Fundación son conscientes de las carencias del sistema penitenciario y también de las limitaciones de su propio aporte:
“Se decía que la cárcel está para la reinserción social, la rehabilitación, la reeducación, pero eso no sucede. Nosotros lo que hacemos es muy, muy, poco. Es apenas una gota de agua en el océano; pero, como decía la Madre Teresa, es una gota que tiene que estar porque el océano no sería el mismo sin esa gota de agua”, dice Carrón con una mezcla de tristeza y esperanza.
Más presos, celdas hacinadas, la escalada de la droga puertas adentro, la imposibilidad de realizar tras las rejas alguna actividad que permita la reinserción, la desesperanza y soledad, y una pobreza material creciente, provocan la reacción del religioso que, insiste, aniquila cualquier vestigio de dignidad humana del privado de su libertad.
Demostrarles que existen
“Lo primero que tenemos que hacer es hacerlos sentir vivos”, dice el cura a swissinfo.ch, y prosigue con una anécdota amarga:
“Recuerdo que una vez llegue a la cárcel y fui a visitar a su celda a un hombre que conocía desde hacía mucho tiempo. Cuando me vio me dijo ‘Padre, yo no existo para nadie: falleció mi mujer, tengo una nieta que no sabe que existo’”.
“Me dijo: ‘Llevo tantos años preso que soy un olvidado. Y quiero existir. Quiero recibir una carta de alguien de afuera, ir a recogerla y contarle a los gritos a mis compañeros que alguien me escribió, ¡que existo y que no soy un don nadie!’”.
“Ahí pensé que este hombre tenía razón en sentir eso. Que de alguna manera estar preso es como estar en un cementerio”, relata apenado y, sin bajar los brazos, agrega:
“Por eso nosotros con la pastoral queremos hacer de este ‘cementerio’ una ‘maternidad’, donde la persona encuentre la posibilidad de renacer, o hasta de nacer. Porque muchos no han podido siquiera nacer en esta sociedad porque nunca han tenido oportunidad. Esa es nuestra misión…”
Norma Domínguez, Santa Fe, Argentina, swissinfo.ch
Comentarios
Diego Alejandro Carrón , Argentina
El hombre caminaba con su hijo pequeño en sus brazos y todo el q se lo cruzaba le indicaba que se le había caído al niño 1 zapato en realidad él lo había guardado en su bolsillo para no perderlo, pero esto era lo que le llamaba más la atención a la gente la falta de 1 zapato en el niño. Hay otros pies que están descalzos y que por nuestra forma de vida los hemos convertidos en parte del paisaje urbano. Mis respetos a la familia del padre Gabriel Carrón
María Rosa Perren, Argentina
Conocí personalmente al padre Gabriel Carrón y doy fe de la excelente obra que hizo, ojalá sepamos imitar tantas obras de amor al prójimo. Fue sacerdote en mi localidad San Jerónimo del Sauce, Parroquia de Santa Fe, donde quedó un gran vacío con su partida, ya que supo ser el amigo, el padre, el consejero de cada uno que se acercaba a él y tenía otra gran virtud, salir al encuentro de quien lo necesitaba. Ojalá su obra perdure en cada uno de los voluntarios que se formaron con él.
Martin, Argentina
Muy bueno que den a conocer vidas que son un ejemplo a imitar. Lástima que hoy lunes 25 de octubre dejó de existir. Es una pérdida muy grande para la comunidad.
Patricia dellacqua, Argentina
La verdad que me llamó mucho la atención la nota, pero al leerla pude comprender. Es verdad, los expulsados de la sociedad son cada vez más, y muy poco o nada se está haciendo al respecto. Nos llenamos la boca hablando de la comunicación, pero ¿de cúal? ¿de Internet? Nos estamos olvidando de muchas cosas, de los valores, nos olvidamos que las personas necesitan de un trabajo digno, y después ni hablar de la educación. Cuando escucho el tango Cambalache, pienso que estamos igual. Lo veo todos los días en la calle, con aquel que pide y con aquel que mira para otro lado.
Gabriel Carrón llegó a la Argentina hace 38 años y desde entonces no ha interrumpido su trabajo al servicio de ‘los más pobres’ y de las personas ‘privadas de su libertad’.
Actualmente, y luego de décadas de liderar y brindar atención espiritual en dos pastorales, el presbítero suizo continúa con su obra en la provincia de Santa Fe.
Desde la capital santafesina, mediante la ‘Fundación Casa San Dimas’ y con el apoyo de jóvenes voluntarios helvéticos y argentinos, el padre Gabriel Carrón organiza su cruzada para misionar en 6 cárceles (2 de hombres, 2 de mujeres y 2 de menores), 10 comisarías y varios barrios periféricos donde brinda apoyo a niños carenciados.
‘El abrazo’ solidario de jóvenes valesanos
swissinfo.ch se reunió con el padre Gabriel Carrón y visitó la sede de la Fundación que guía el sacerdote, donde pudo conocer parte del equipo que colabora con él.
En un antiguo edificio –grande pero bastante austero y deteriorado- funciona ‘San Dimas’, la entidad que trabaja mano a mano con la Pastoral Penitenciaria y la Pastoral de Infancia en Riesgo.
Desde este espacio, el párroco diseña los pasos a seguir en la invisible pero monumental obra que viene construyendo desde hace casi cuatro décadas.
Allí también se hospedaban Chloe, Gaitán y Sandrine -de 25, 23 y 21 años, respectivamente- tres valesanos que llegaron a Santa Fe gracias a la gestión de ‘El abrazo’, una asociación creada en 2007 en Suiza para apoyar a los jóvenes que, atraídos por la obra de Carrón, quieren vivir la experiencia de hacer un voluntariado en Argentina.
Presos y pobres, los “expulsados sociales”
Mientras la Pastoral Penitenciaria brinda atención espiritual y acompaña a quienes están privados de su libertad, la de la Infancia trabaja con los chicos que viven en situación de riesgo en los barrios de la periferia.
Dos mundos que descubren las caras de una exclusión social creciente y de quienes son ahora “expulsados sociales”, como asegura el sacerdote.
Porque alrededor de los privados de su libertad y en torno a los niños y jóvenes más pobres, se teje una espesa telaraña de injusticias y maltratos que pocos advierten debido a prejuicios y a una deshumanización que se está volviendo constante.
“Cada vez más los presos y los pobres están peor. Antes decíamos que eran marginados, luego que eran excluidos, y ahora decimos que son expulsados de nuestro sistema social y económico”, asegura el padre, y sentencia:
“Nunca vamos a encontrar en la cárcel a alguien que tenga plata. Nunca. Los ponen en lugares ‘VIP’ donde se quedan poco tiempo y tienen la oportunidad de zafar las condenas por la plata que tienen. Los pobres saben que si salen no tienen nunca oportunidad de poder integrar esta sociedad”
Acompañar, pero también denunciar
Desde la Fundación son conscientes de las carencias del sistema penitenciario y también de las limitaciones de su propio aporte:
“Se decía que la cárcel está para la reinserción social, la rehabilitación, la reeducación, pero eso no sucede. Nosotros lo que hacemos es muy, muy, poco. Es apenas una gota de agua en el océano; pero, como decía la Madre Teresa, es una gota que tiene que estar porque el océano no sería el mismo sin esa gota de agua”, dice Carrón con una mezcla de tristeza y esperanza.
Más presos, celdas hacinadas, la escalada de la droga puertas adentro, la imposibilidad de realizar tras las rejas alguna actividad que permita la reinserción, la desesperanza y soledad, y una pobreza material creciente, provocan la reacción del religioso que, insiste, aniquila cualquier vestigio de dignidad humana del privado de su libertad.
Demostrarles que existen
“Lo primero que tenemos que hacer es hacerlos sentir vivos”, dice el cura a swissinfo.ch, y prosigue con una anécdota amarga:
“Recuerdo que una vez llegue a la cárcel y fui a visitar a su celda a un hombre que conocía desde hacía mucho tiempo. Cuando me vio me dijo ‘Padre, yo no existo para nadie: falleció mi mujer, tengo una nieta que no sabe que existo’”.
“Me dijo: ‘Llevo tantos años preso que soy un olvidado. Y quiero existir. Quiero recibir una carta de alguien de afuera, ir a recogerla y contarle a los gritos a mis compañeros que alguien me escribió, ¡que existo y que no soy un don nadie!’”.
“Ahí pensé que este hombre tenía razón en sentir eso. Que de alguna manera estar preso es como estar en un cementerio”, relata apenado y, sin bajar los brazos, agrega:
“Por eso nosotros con la pastoral queremos hacer de este ‘cementerio’ una ‘maternidad’, donde la persona encuentre la posibilidad de renacer, o hasta de nacer. Porque muchos no han podido siquiera nacer en esta sociedad porque nunca han tenido oportunidad. Esa es nuestra misión…”
Norma Domínguez, Santa Fe, Argentina, swissinfo.ch
Comentarios
Diego Alejandro Carrón , Argentina
El hombre caminaba con su hijo pequeño en sus brazos y todo el q se lo cruzaba le indicaba que se le había caído al niño 1 zapato en realidad él lo había guardado en su bolsillo para no perderlo, pero esto era lo que le llamaba más la atención a la gente la falta de 1 zapato en el niño. Hay otros pies que están descalzos y que por nuestra forma de vida los hemos convertidos en parte del paisaje urbano. Mis respetos a la familia del padre Gabriel Carrón
María Rosa Perren, Argentina
Conocí personalmente al padre Gabriel Carrón y doy fe de la excelente obra que hizo, ojalá sepamos imitar tantas obras de amor al prójimo. Fue sacerdote en mi localidad San Jerónimo del Sauce, Parroquia de Santa Fe, donde quedó un gran vacío con su partida, ya que supo ser el amigo, el padre, el consejero de cada uno que se acercaba a él y tenía otra gran virtud, salir al encuentro de quien lo necesitaba. Ojalá su obra perdure en cada uno de los voluntarios que se formaron con él.
Martin, Argentina
Muy bueno que den a conocer vidas que son un ejemplo a imitar. Lástima que hoy lunes 25 de octubre dejó de existir. Es una pérdida muy grande para la comunidad.
Patricia dellacqua, Argentina
La verdad que me llamó mucho la atención la nota, pero al leerla pude comprender. Es verdad, los expulsados de la sociedad son cada vez más, y muy poco o nada se está haciendo al respecto. Nos llenamos la boca hablando de la comunicación, pero ¿de cúal? ¿de Internet? Nos estamos olvidando de muchas cosas, de los valores, nos olvidamos que las personas necesitan de un trabajo digno, y después ni hablar de la educación. Cuando escucho el tango Cambalache, pienso que estamos igual. Lo veo todos los días en la calle, con aquel que pide y con aquel que mira para otro lado.
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